Hijo mío, no te olvides de mi ley, y tu corazón guarde mis mandamientos;
Porque largura de días y años de vida y paz te aumentarán.
Nunca se aparte de ti la misericordia y la verdad; Atalas a tu cuello, Escríbelas en la tabla de tu corazón;
Y hallarás gracia y buena opinión ante los ojos de Dios y de los hombres.
Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia.
Reconócelo en tus caminos, y él enderezará tus veredas.
No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal;
Porque será medicina a tu cuerpo, y refrigerio para tus huesos.
Proverbios 3:1-8